Si alguien ha revolucionado la Iglesia Católica en los últimos años, ese alguien es el Papa Francisco que cada día que pasa, parece dar un paso más para acercar a la milenaria institución a las necesidades sociales de sus fieles.
Por eso ha pedido a las parroquias e iglesias de todo el mundo que abran sus puertas las 24 horas del día, que quiten los horarios establecidos, para que las iglesias se conviertan en refugios de los peregrinos de día y de noche.
Lo ha dicho en la misa celebrada en El Vaticano con motivo del llamado Jubileo de los Diáconos en la Plaza de San Pedro.
"Me siento muy mal -ha dicho el Papa Francisco- cuando veo los horarios en las parroquias, de esta hora a esta hora, y después de ese horario no se abre la puerta a nadie, no hay sacerdote, no hay nadie que reciba a la gente que quiere entrar. Omitid los horarios".
Hace unos días también criticó que en muchas iglesias se busca el poder, el dinero y la vanidad y al respecto dijo que nadie se puede decir que es una persona santa y limpia.
"Todos estamos tentados en destruir al prójimo para pasar por encima de él. La vanidad, el poder...es como cuando tengo esa necesidad mundana de estar con el poder, de no servir sino de ser servido, y que nunca paramos para conseguirlo: las habladurías, ensuciar al otro. La envidia y los celos hacen este camino y destruyen. Todo esto ocurre hoy en día en cada institución de la Iglesia: parroquias, colegios y otras instituciones".
