¿Qué va a pasar ahora con la Unión Europea?


Los británicos que han salido a votar en el referendo del pasado jueves han decidido por una mayoría del 52%, salir de la Unión Europea causando una de las mayores catástrofes en el proceso de integración de Europa. La victoria del si a la salida ha provocado la caída de las bolsas europeas y un verdadero caos en las instituciones, empresas y ciudadanos de ambas direcciones.Es decir, de los europeos que viven en Reino Unido y de los ingleses que viven y trabajan en otros países de la Unión. Ha sido tal el golpe que el primer ministro británico David Cameron ha presentado su renuncia para octubre.
 Estas son algunas preguntas y respuestas sobre lo que se viene de aquí en adelante tanto para la Unión Europea como para ingleses.


¿Qué ocurre tras el triunfo de los antieuropeos?Legalmente, para la Unión Europea, nada. Para que el proceso de salida de la UE dé comienzo no basta con que los ciudadanos se pronuncien en las urnas. La activación requiere que el Gobierno británico informe oficialmente del resultado a la Comisión Europea y al Consejo y que, si así lo considera oportuno, pues no está tampoco obligado jurídicamente, invoque la legislación comunitaria vigente para iniciar los trámites de salida. De todas maneras Alemania y Francia han pedido que sea lo más rápido posible.
¿Será inmediato?Probablemente no. Los partidarios del 'Brexit', encabezados por Michael Gove, han dejado claro que su intención no será que la invocación del artículo 50 de la UE sea inmediata. Quieren tiempo para pensar bien la estrategia, el camino y mitigar el efecto en la economía y los mercados. Hay sectores dentro de los 'brexiters' que de hecho abogan por fórmulas más agresivas incluso que el artículo 50, aunque la base legal es mucho más cuestionable.
¿Cuáles son los trámites de salida?Es una incógnita absoluta. El artículo 50 del Tratado de la Unión, que se incorporó al acervo comunitario tras la polémica revisión de Lisboa, estipula que: "todo Estado miembro podrá decidir, de conformidad con sus normas constitucionales, retirarse de la Unión". Para ello, el Estado miembro que decida voluntariamente retirarse "notificará su intención al Consejo Europeo. A la luz de las orientaciones del Consejo Europeo, la Unión negociará y celebrará con ese Estado un acuerdo que establecerá la forma de su retirada, teniendo en cuenta el marco de sus relaciones futuras con la Unión. Este acuerdo se negociará con arreglo al apartado 3 del artículo 218 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea".
¿Está claro el camino entonces?No, en absoluto. Los Tratados sólo recogen el marco legal. Así como no hay ningún procedimiento estipulado para que un país por ejemplo salga del euro, los padres fundadores y los reformistas sí dejaron la puerta abierta a una salida. Pero no hay un camino para hacerlo. Es algo que tendría que negociarse desde cero, punto a punto. En juego, miles de millones de euros y decenas de miles de puestos de trabajo.
¿Qué plazo hay para la salida de la Unión?El artículo 50 fija que "el Consejo lo celebrará en nombre de la Unión por mayoría cualificada, previa aprobación del Parlamento Europeo" y que "los Tratados dejarán de aplicarse al Estado de que se trate a partir de la fecha de entrada en vigor del acuerdo de retirada o, en su defecto, a los dos años de la notificación a que se refiere el apartado 2, salvo si el Consejo Europeo, de acuerdo con dicho Estado, decide por unanimidad prorrogar dicho plazo". Es decir, que el plazo base son dos años, pero la mayoría en Europa asume que un divorcio sería muy largo y delicado. Por todo lo que está en juego y porque habría que sentar el precedente para los posibles casos futuros.
¿Será una separación amistosa?Está por ver. Depende del consenso de los Estados Miembros restantes. Hay entre ellos quienes quieren mano dura, hacer pagar a Londres la "irresponsabilidad" del debate y hacerles ver las consecuencias de su desafío. La UE puede tener formas de complicar la situación, haciendo ver que la negociación para un acuerdo de asociación económica (al modo de Noruega o de Suiza) llevaría años, incluso más de una década.Habría que decidir sobre los funcionarios británicos en las instituciones. Sobre facilidades de trabajo, viaje, residencia y prestaciones. Pero poco a poco entre todos va calando la postura alemana de que no tiene sentido hacer sangre y que lo mejor para todos (países, empresas y ciudadanos) será un entendimiento lo más cordial posible. Si al modo noruego, suizo o albanés, está por ver.
¿Qué hará la UE si pierde una de sus partes?Tampoco está claro. Hay quienes abogan por una mayor integración inmediata, como el ministro español en funciones García-Margallo. Por unos "Estados Unidos de Europa". Pero la mayoría de los países, empezando por Alemania y Holanda, abogan por dar una pausa a la integración. No revertirla, por el momento, pero no tratar de profundizarla ahora mismo. Creen que no es el momento, que hay demasiadas dudas y falta una brújula, y que el populismo no va a poder ser combatido vendiendo más Europa, puesto que desde Reino Unido a Francia pasando por Hungría y Eslovaquia, y desde luego Ámsterdam y Berlín, hay cada vez más voces y más partidos extremos con un mensaje euroescéptico o eurófobo
 ¿Habría imitaciones?Es posible. Hay fuerzas en Suecia, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Alemania o Francia que quieren una UE completamente diferente. Que quieren renegociar su estatus dentro de la Unión, salirse de ciertas obligaciones (las famosas cláusulas opt-out y opt-in de las que disfruta hasta el momento Reino Unido o los daneses en algunos aspectos de interior, economía o asilo).
¿Qué consecuencias inmediatas tiene el "sí" a la salida en el referéndum?
Ya se ha visto una reacción muy adversa en los mercados, que puede obligar al BCE a anunciar que hará todo lo necesario para mantener la calma. Inyecciones de liquidez y líneas abiertas para que el Banco de Inglaterra en caso de que tenga que hacer frente a problemas con sus entidades. Se tendrían que activar los 'Planes B'. ¿Cuáles son? No lo sabemos. Los ministros de Economía admitieron la pasada semana en el Eurogrupo que existen, pero que deben ser secretos para resultar útiles. Igualmente, la Comisión guarda bajo siete llaves sus planes de reacción.